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Bolsas de Plástico Biodegradables: Futuro de la Conciencia Ambiental

Avances Sostenibles: Descubre el Futuro de la Conciencia Ambiental con Bolsas de Plástico Biodegradables - Rovi Packaging
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Tabla de contenidos

La contaminación que genera tanto la creación como los residuos de plástico es uno de los principales problemas que enfrenta nuestra sociedad actual. Las tendencias de consumo y la rápida creación de packagings con plástico han hecho que este material se emplee con mucha facilidad sin pensar en las consecuencias medioambientales, las cuales son muy graves.

De ahí que hayan comenzado a aparecer alternativas al uso constante y a esta escala de plástico: los llamados materiales biodegradables. Aunque hay de todo tipo (compostables, hidrosolubles…) hoy queremos destacar un tipo de embalaje en concreto: las bolsas de plástico biodegradables. Sabemos que el nombre puede ser un poco contradictorio, pero en cuanto lo hayamos explicado seguro que quieres este material para tus packagings y embalajes. ¿Quieres saber cómo es la alternativa que triunfa? En Rovi Packaging nos hemos especializado en productos de embalaje sostenible, así que te lo contamos todo.

¿Qué son las bolsas de plástico biodegradables?

Este tipo de bolsas están fabricadas a partir de plástico biodegradable, es decir, de plástico que se puede descomponer de forma más rápida y segura para el medioambiente. Debemos tener en cuenta que uno de los principales problemas del plástico es el hecho de que tarda mucho tiempo en descomponerse y, mientras está en el suelo o en los mares, contamina. Las bolsas de plástico biodegradables pretenden resolver esta situación, ya que están fabricadas a base de materiales que pueden descomponerse en productos químicos naturales y, en última instancia, en compuestos inocuos para el medio ambiente.

La propia palabra, ‘biodegradable’, ya nos da alguna pista, pues significa que la sustancia o material al que hace referencia tiene la capacidad de descomponerse gracias al efecto de organismos vivos, como bacterias u hongos. Estos se encargan de descomponer el material en sustancias más simples y que no afectan al medio ambiente (agua, CO2, nutrientes…). De esta forma el producto que hemos creado de forma artificial simplemente vuelve a la tierra causar daño a su paso.

Las bolsas de plástico biodegradables pueden estar hechas de varios elementos, pero 2 de los materiales más comunes son:

  • Almidón de maíz. Al obtenerse de la planta del maíz es una fuente de materia prima completamente sostenible. Su aplicación en bolsas biodegradables ayuda a que estas se descompongan en productos naturales en un tiempo relativamente corto.
  • Ácido Poliláctico (PLA). Este polímero termoplástico derivado del ácido láctico también se obtiene de fuentes renovables como el maíz o la caña de azúcar. Las bolsas hechas de PLA se descomponen bajo las condiciones adecuadas y son una de las alternativas al plástico más populares. 

Para que el proceso de biodegradación funcione eficazmente, el material debe estar expuesto a condiciones de humedad y temperaturas apropiadas. En entornos secos o fríos, la descomposición puede ser mucho más lenta o incluso detenerse por completo. El proceso general suele implicar los siguientes pasos:

  • Hidrólisis. El plástico biodegradable se descompone al contacto con agua en fragmentos más pequeños a través de un proceso llamado hidrólisis, que implica la ruptura de enlaces químicos en el material.
  • Digestión por microorganismos. Una vez las bolsas se han fragmentado, los microorganismos (bacterias y hongos) pueden descomponer los fragmentos en compuestos más simples.
  • Producción de dióxido de carbono y agua. A medida que los microorganismos ‘realizan su trabajo’ se genera dióxido de carbono y agua como productos finales. Estos productos son inofensivos para el medio ambiente y se integran en los ciclos biogeoquímicos de forma natural.

Beneficios del uso de bolsas de plástico biodegradables

Como habrás podido deducir, utilizar materiales biodegradables para tus packagings tiene una serie de ventajas para con el medio ambiente, pero también para nuestra propia empresa. Veámoslas más detenidamente:

  • Facilidad de reciclaje. Como ya hemos comentado, los materiales de estas características se descomponen con mucha más facilidad, ya que simplemente tienen que pasar por un proceso natural que no deja residuos tóxicos en su entorno. Este reciclaje contribuye a la reducción de cantidad de deshechos en los vertederos, además de que algunos residuos biológicos reciclados pueden utilizarse como abono.
  • Consumo de energía eficiente. Fabricar productos biodegradables consume mucha menos energía en comparación con el proceso de creación de plásticos convencionales. Como hay que gastar menos combustibles fósiles, el solo hecho de fabricar este material hace que se esté contaminando y gastando menos.
  • Compostabilidad. El compostaje es un proceso natural que transforma los residuos orgánicos. Los productos biodegradables pueden mejorar la fertilidad del suelo al descomponerse, lo que a su vez mejora la retención de agua y nutrientes, favoreciendo el crecimiento de plantas de forma natural y saludable sin tener que recurrir a pesticidas o fertilizantes químicos.
  • Reducción de emisiones de CO2. La eliminación de plásticos tradicionales puede liberar metano, productos químicos tóxicos y otros contaminantes en el medio ambiente, cosa que daña el medio ambiente y libera niveles extremos de CO2 a la atmósfera. Los materiales biodegradables, en cambio, liberan solo la cantidad de energía utilizada en su fabricación.

Aprende a leer las etiquetas

Que sea reciclable no siempre significa que vaya a ser sostenible o reutilizable, y tampoco es necesario que estos conceptos se apliquen necesariamente a algo biodegradable. Cuando decimos que una bolsa es biodegradable, significa que, una vez en el medio ambiente, se descompondrá en agua, dióxido de carbono y materia orgánica que no afectará al entorno. Si además es compostable, significa que se degradará rápidamente y se podrá utilizar para crear abono.

La cantidad de alternativas que han aparecido últimamente en el mercado hace que, para el usuario común, a menudo ser complicado distinguir qué es qué y qué bolsa es la más sostenible de todas. Lo bueno es que existen empresas que certifican todas estas condiciones y otorgan un sello de garantía. Cuando utilizamos una bolsa podemos saber si estamos siendo sostenibles y en qué medida gracias a los símbolos y sellos que se encuentran estampados en ella. Para poder entenderlos, identificarlos y comprenderlos vamos a hacer un repaso de los diez más comunes:

 

  • Una flecha curvada de un círculo. Significa que la bolsa es reciclable y forma parte de la economía circular.

 

  • Un círculo verde con un ‘%’ en su interior. En este caso, la bolsa es 100% biodegradable y se puede tirar al contenedor marrón o utilizar para compostaje.

 

  • Un anillo de Möbius con tres flechas. Este famoso símbolo significa que la bolsa se ha elaborado con plástico reciclado. Es posible que este sello aparezca también junto al que indica que la bolsa es reciclable, ya que reúnen las mismas condiciones. También indica que ECOEMBES asegura que la bolsa puede ir al contenedor amarillo.

 

  • Un hombre en cruz en un círculo laureado. Se trata de la certificación Blauer Engel, nacida en Alemania en 1978 gracias a un colectivo de 13 activistas que, cada año, se encargan de seleccionar y otorgar a productos elaborados de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente este sello.

 

  • Sellos AENOR 001/705 y 001/711. AENOR es una certificadora española de procesos, y estos 2 en concreto garantizan que la bolsa ha sido fabricada de forma sostenible, reduciendo todo lo posible la huella de carbono. También significa que la bolsa que tenemos en nuestras manos, una vez la desechemos, no dañará el medio ambiente.

 

  • Un árbol o una hoja. Este símbolo tiene múltiples variaciones, pero en líneas generales significa que la bolsa es 100% biodegradable y compostable.

 

  • La palabra H2Oink. Hace referencias a los tintes que se han utilizado para la bolsa. Si encontramos una con este sello, significa que estos son solubles en agua.Eso sí, no significa que no sean tóxicos, sino que certifica que en la fabricación del producto no se han liberado disolventes orgánicos venenosos y o que tarden en degradarse a ríos y mares.

 

  • Una gota de agua con la palabra D2W. Significa que el plástico es oxo-biodegradable debido a su composición de aditivos catalíticos que provocan su oxidación natural en el medio. El producto se puede tirar al contenedor marrón y, si termina como residuo incontrolado, acabará degradándose solo. La etiqueta ‘100% biodegradable’ suele ir acompañada de este símbolo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que bolsas oxo-degradables, desde el 1 de enero de 2020, están prohibidas por el Real Decreto 293/2018, del 18 de mayo, sobre la reducción del consumo de bolsas de plástico. Por eso se ha creado un registro de productores.

 

  • Un contenedor. Este símbolo puede ser uno de los más reconocible y tiene también variables dependiendo del contener al que haga referencia. Si tiene, por ejemplo, un contenedor amarillo, significa que el  producto tiene que ir al contenedor de los envases. Si tiene una manzana en su interior, significa que la bolsa va al marrón (compost).

 

  • Un vaso y un tenedor. Este símbolo nos dice que la bolsa puede utilizarse para almacenar o transportar alimentos con seguridad. Esto significa que el fabricante puede asegurar, dada la creación de la bolsa o el packaging, que no habrá migraciones de moléculas plásticas a la comida.

Las bolsas de plástico biodegradables representan un avance significativo en la protección y conservación de nuestro planeta, y es necesario ofrecer las soluciones adecuadas, desde el punto de vista sostenible como según las necesidades del producto que almacena. Por eso, en Rovi Packaging nuestra misión es encontrar soluciones para nuestros clientes que minimicen el impacto sobre el medio ambiente, apostando por materiales compostables, hidrosolubles y reutilizables.

Somos conscientes de que el mercado demanda una solución alternativa que aporte garantías de sostenibilidad pero a la vez tenga unas propiedades de resistencia y versatilidad parecidas a las del plástico. Nuestro departamento de I+D está en constante contacto con proveedores de materiales que cumplan con certificaciones oficiales como la OK COMPOST, que acredita la compostabilidad de sus productos. Si quieres que te ayudemos a encontrar el embalaje sostenible y perfecto para tus productos, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo para comenzar a crear tu propio packaging personalizado sin renunciar a cuidar del planeta.

 

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